Programa de desarrollo cultural para la juventud de baja california sur 2010

Antología de escrituras creativas creadas por jóvenes del ejido del Centenario (La Paz, BCS) dieron como hojas de palmeras en movimiento estas imágenes y palabras.

domingo, 23 de mayo de 2010

Daniel, lector de voz clara y palabras creativas...

 
Daniel Flores Martínez
 (1994,La Paz, vive en el Centenario)


 Si dejas de leer se te olvidan las cosas, 
Pierdes la   memoria
(Papá de José y Daniel)

El piano del mar
La madera es especial
Para los animales es vida
Las teclas saben a sal
Cuando en el mar se transforman
El sonido en el agua es  como la música a  la vida
Usaremos nuestro instrumento musical
 para observar el mar de la Paz.

El fisgón del mar
Un día de esos en los que no hay casi gente en el Centenario,  fui a pasear a orillas del mar que colinda en el ejido, y al caminar por allí  miré sorpresivamente a dos personas que como fantasmas aparecieron a lo lejos y conversaban.
Entonces me acerqué para escucharlas.Una de esas dos personas era el cartero Mario, y la otra aunque no crea, era Pablo Neruda, el gran poeta, pude escuchar entonces que él, el gran poeta estaba recitándole a Mario un  hermoso poema acerca del mar:
Mientras Mario lo  escuchaba con el corazón y sin hablar, sin que ellos me vieran me  quedé escuchando lo que aquel poeta le recitaba, Pablo al terminar su poema, le preguntó a Mario ¿qué fue lo que sintió?, a lo que Mario respondió: “lo que siento yo es como una balsa entre sus palabras” y Neruda contestó: “tú lo que sientes es el mar y eso es una metáfora”.
Me doy cuenta de que ellos se alejan, y corro para alcanzarlos y seguir oyendo al poeta, pero se van disolviendo entre la brisa del mar, el mar del Centenario, mi mar.

La historia de la letras…
Empecemos por la A.
La letra A estaba cansada de ser siempre la primera, porque cuando hacían algún tipo de broma o juego la llamaban para usarla con motivos absurdos. He aquí un ejemplo:
Había un grupito de niños en la calle que da al parque del Centenario y allí …
“di una letra del abecedario”
“A A A”
Y cuando el niño decía A, el otro le echaba confeti en la boca. Asi  que con estos juegos, la letra A cada día se cansaba más y más. Por lo que decidió cambiarse de lugar en el orden alfabético. Y conversó con la letra B, pero ella no quiso ya que tampoco estaba de acuerdo en la bromas, porque su personalidad era perfecta. Luego de no obtener éxito, la letra A, fue a ver a la letra C, tampoco quiso, le dijo que no estaba para juegos tontos.  Y pasaron los días mientras la letra A, no se daba por vencida, preguntaba y preguntaba a todas las demás letras la misma pregunta: “¿cambiarías de lugar conmigo?”. Hasta que llegó a tocar la puerta de la letra V, ella si acepto, pero el primer día de ocupar la primera posición se sintió muy autoritaria. Entonces… como ya se rumoreaba que la v estaba medio loca, no le importó sentirse así. Pero un día al escuchar la primera bromita:
El mismo grupo de niños que jugaban en el kiosko del Centenario:
“di la primera letra del abecedario”
“vvvvee     vvee”
Uno de los niños dijo:
“está letra no sirve, la odio, además está al revés de la A”
Entonces la v se sintió ofendida, y quiso regresar a su lugar de inmediato y continuar su vida anterior. Asi que días después cuando la primavera ya había llegado al ejido, el calor se sentía  espeso como anunciando el estado de ánimo de la letra A; ya que ella regresó a su posición de letra sufriente, pero no del todo, ya que en ese entonces los niños y jóvenes del ejido habían inventado frases nuevas como:
-“ah, ah ah” –para asombrarse de cualquier cosa o reírse- “aaa aaaa”.
Así que gracias a estas nuevas emociones, de alegría y asombro ella se sintió orgullosa de si misma y nunca más se apenó de su identidad.

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